No te abandones

Dewey de Malcolm — “Tal vez tendríamos una vida más tranquila si no hiciéramos tantas estupideces al mismo tiempo”. 

Por esta noche haré solo una — Escribir.

Un soldado bélico de la vida, me invitó a dar un paseo por su vida, me paseó por el hospital donde estuvo ensangrentado, me senté a su lado en el mismo banco de la iglesia de su niñez, fui un tanto atrevida canté sin vergüenza al ritmo de su piano, flauta. Allí junto a él estaba recorriendo su mapa, viajando en el tiempo, le abrace con ternura cuando era niño pero sé que no lo recuerda y sin dejarme llevar por la nostalgia les cuento que hubo también alegrías me llevó a su primer amor de adolescencia, y cuando se arrodillo para pedirle la mano a otro lindo amor años después, recuerdo presenciar que volaban almohadas entres sus amigos del instituto, recuerdo asombrarme naturalmente, jamás olvidare su pistola de madera que le regalo su tío, adora tal detalle. Sigo recordando sus salvajes aventuras, y también una tragedia que jamás podré olvidar por primera vez vi como una estrella se apago en sus manos, y yo solo quería que ocurriera un milagro. Y así pasaron los días, y de vez en cuando el soldado me invitaba a viajar en el tiempo, me sentía tan emocionada, no tenía miedo adentrarme en su ser realmente cada aventura era increíble pero empezó aparecer tormentas, y me acercaba a él para calmar la tempestad pero habitualmente solo quería que me quedará en el medio, inmóvil mientras se ahogaba, y después cada sumergida no le reconocía, le decía detente. Pero el viento feroz de la ira hizo que olvidará que amaba ser entendido, olvido que cada pensamientos que salía por mis labios a los suyos solían ser frases que debían ser premiados por los grandes. Pensando en ello vaya que si valoraba cada obra de arte que me facilitaba sustentar los porque de sus lágrimas y sus dolores, sus maravillosas risas interminables debido a sus alegrías, y por supuesto también era evidente que terminaría dando amor, paz, compresión, compasión, estasis de euforia dando mi corazón. Con ojos cerrados se volvió recurrente e imaginarme tocar sus ojos grandes, y dientes perfectos, tomar sus manos, y conducir lejos de la ciudad. Pero cuando aparecía las tormentas, y se sumergía, los vientos me dejaban en la deriva, muy adolorida, y decepcionada porque sabía que después no me reconocería. Pero siendo francos a todos nos gusta ser héroes, y no sé supone que las heroínas no abandona, se supone que debo hacer algo, o decir algo pero mientras estaba en medio del mar me preguntaba ¿Habrá algo malo en mi? ¿No era yo quien apagaba con mi voz el ruido, no era una pequeña luz en medio de la oscuridad? Pero él soldado jamás reconoce que empezó actuar como si yo fuese la villana, una enemiga, cuando en realidad deje mis espadas a fuera de nuestra casa. Y la verdad intente irme a la primera que lo hizo, y me dijo que quien ama no abandona intente olvidarlo, y continuar lo volvió hacer, me limpie las lágrimas para seguir por que quien ama perdona. Lo volvió hacer y caí hasta el suelo dejándome sin fuerzas para levantarme. Se dio la media vuelta, y me dejo ahí. Lo bueno es que aprendí una lección quien ama no abandona, y tuvo razón quien ama no abandona ¡No me vuelvo abandonar!

Es probable que no llegue a saber con exactitud los efectos tan profundos de las tormentas en los solados bélicos de la vida. Pero ya no me permitiré morir en los cuadros que pinte de cielos despejados para los dos.


Porque la verdad es que …

No lastimaría al niño que hay dentro de él como él lástima a la niña que existe dentro de mi cada vez que intento ayudar. Ya se convirtió costumbre hacerme sangrar, y luego dejarme morir en la ira de las palabras.


— todo lo escrito es ficticio, en esta noche es fábula. 




 





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